Estamos asistiendo a un nuevo repunte de la mortalidad en accidente de tráfico. Las cifras oficiales de mortalidad en carretera en estas últimas fechas navideñas no han sido nada halagüeñas.
Un reciente estudio de la Escuela de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo nos da nuevas razones para luchar contra el sobrepeso.
El estudio ha sido recientemente publicado en la American Journal of Emergency Medicine. Para realizarlos, los investigadores analizaron los datos de los registros nacionales norteamericanos de accidentes (Fatality Analysis Reporting System). Así, se revisaron casi 156 mil conductores de vehículos de motor que se vieron involucrados en graves accidentes de tráfico ocurridos entre 2000 y 2005. Los investigadores incluyeron todas las muertes que ocurrieron dentro de los 30 días inmediatos tras un accidente.
Según la investigación, un conductor moderadamente obeso tiene 21 por ciento más de probabilidades de morir en un accidente de vehículo de motor grave en comparación a los conductores no obesos. Si la obesidad es severa, el riesgo de muerte se eleva en un 56 por ciento .
El vínculo entre obesidad y riesgo de muerte en accidente de tráfico se observa tanto para hombres como para mujeres, señalaron los investigadores. No se concreta si la mortalidad está directamente relacionada con un problema de carácter físico, o si la obesidad y patologías asociadas hacen más indefenso al organismo frente al trauma. Es posible que influyan ambos problemas.
Es posible que los hallazgos puedan tener implicaciones para el futuro diseño de los coches y para ser tenidos en cuenta en las pruebas de seguridad de los vehículos. Es posible que sea necesario el uso de “dummies” con características de obesidad en las futuras valoraciones de los tests de impacto. Su uso podría ayudar a dar recomendaciones específicas a los obesos en el momento de adquirir un vehiculo, como por ejemplo que exista mayor espacio entre el asiento y la columna de dirección.