Uno de los objetivos más importante en educación nutricional se basa en la modificación de las técnicas culinarias por aquellas que son más saludables. Adaptando estas prácticas a tu rutina diaria al preparar tus menús reducirás el aporte calórico de los mismos:
- Desgrasa las carnes: Retira toda la grasa de los filetes y piezas de carne antes de cocinarla. Las carnes que menos grasa tienen son las carnes de pavo, conejo y pollo (aunque la piel de pollo también tiene mucha grasa, mejor retirarla).
- Retira la grasa de los caldos: si los dejas enfriar en la nevera observarás que cuando se solidifica, la grasa sube formándose una capa gruesa en la superficie. Esta capa se puede retirar fácilmente.
- Evita utilizar aceite o limita su consumo al cocinar, algunas ideas como las siguientes pueden ayudarte:
– Para cocinar a la plancha puedes utilizar sprays-pulverizadores de aceite de esta manera podrás controlar y limitar la cantidad de aceite que consumes. Es perfecto para ensaladas y platos a la plancha, pulverizando la superficie de la misma.
– Reduce el aceite para aderezar las ensaladas.
– Cocina al vapor, al horno o al microondas sin necesidad de utilizar aceite. Puedes sustituirlo con caldo de pollo, verduras o pescado según el caso, de esta manera los platos serán más sabrosos.
- No a las frituras: En todo caso escurre muy bien el aceite o deja reposar sobre papel de cocina para que absorba el exceso del mismo. No reutilices el aceite.
- Evita la comida precocinada. Todos los alimentos procesados tienen más cantidad de grasa, además de otros aditivos. Para los alimentos enlatados como el atún, opta por la variante “al natural” o escurre bien el aceite de las latas. Recuerda que el atún es un excelente alimento para combatir el colesterol.
- Reduce las calorías de las salsas evitando la mantequilla y la leche entera. Evita el consumo de las salsas con base de mayonesa o ketchup.
- Todas las hierbas y especias aromáticas no aportan calorías y dan mucho sabor. Algunas de ellas son el pimentón, el curry, el perejil, laurel, albahaca y orégano. Además de ayudarte a reducir el consumo de aceite, con esta idea podrás limitar el consumo de sal. Su consumo excesivo está relacionado al desarrollo de enfermedades como la hipertensión y enfermedades cardiovasculares, por ello es importantes aprender a sustituirla.