La conciencia interoceptiva en pacientes obesos y su tratamiento

Desarrollado por Francisco Peris, Psicólogo.

El espectacular aumento de la prevalencia de la obesidad que estamos observando en las sociedades modernas, está impulsando la investigación y el abordaje de esta patología, desde un enfoque multidisplinar. Hoy sabemos que la obesidad incrementa significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión, que requieren de tratamientos farmacológicos nocivos para el organismo.

Son múltiples los factores implicados en la etiología de la obesidad y, pueden clasificarse en términos generales como: genéticos, psicológicos y ambientales. Dentro de éstos, destacan especialmente los malos hábitos de alimentación y, un estilo de vida sedentario.

Entre los factores psicológicos que intervienen en el desarrollo de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (nombre que reciben este tipo de trastornos según el criterio de clasificación DSM de la American Psychiatric Association), parece especialmente importante la percepción que tiene el sujeto acerca de su propio peso en este tipo de patologías. Por ejemplo, en estudios relacionados con la identidad, el autoconcepto o la imagen corporal, ampliamente estudiados en pacientes con anorexia y bulimia nerviosa, el desarrollo de la identidad global constituye un factor de vulnerabilidad que puede afectar al autoconcepto en relación al peso y, por tanto, incrementar el riesgo de aparición de algún trastorno de la conducta alimentaria.

Estos aspectos relacionados con la identidad, el autoconcepto o la imagen corporal, han sido ampliamente estudiados en la anorexia y la bulimia bajo la hipótesis de trabajo de que las alteraciones en el desarrollo de la identidad global son un factor de vulnerabilidad que puede afectar al autoconcepto en relación al peso y, por tanto, que pueden incrementar el riesgo de la aparición de Trastornos de la Conducta Alimentaria.

Las investigaciones en obesidad durante estos últimos años se están nutriendo de estos estudios, lo que ha hecho que aumente considerablemente el número de trabajos sobre el desarrollo de la identidad en este campo.

A colación con estos últimos desarrollos científicos, hoy nos gustaría hablaros de un estudio realizado por  Fernández, T., Leal I., García-Camba, E. y, Mancha, A., del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid (Servicios de Psiquiatría y Nutrición) y, presentado en el 11º Congreso Virtual de Psiquiatría INTERPSIQUIS 2010 bajo el título “Conciencia Interoceptiva en pacientes obesos: implicaciones para el tratamiento”.

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Cirugía de la obesidad: ¿En qué consiste la operación de banda gástrica ajustable y cómo actúa?

Cirugía Bariátrica con Banda Gástrica Ajustable. Clínica Serralta Valencia

La banda gástrica ajustable es una anilla de silicona con una cámara hinchable en su interior. Esta cámara está conectada a un dispositivo que permite modificar su diámetro interno.

La banda gástrica ajustable se coloca en la parte alta del estómago, reduciendo la capacidad del estómago para recibir la comida. Con una ingesta de comida inferior a 50 CC se produce una importante sensación de plenitud y satisfacción. Esta sensación facilita el cumplimiento del programa dietético por el paciente. Se trata de un método restrictivo para el tratamiento de la obesidad.

La intervención se realiza bajo anestesia general y con una duración media de entre 45 y 90 minutos. Nuestro equipo la realiza siempre mediante abordaje laparoscópico (mediante pequeños orificios, sin tener que abrir el abdomen). A través de estos pequeños orificios en el abdomen (uno de 5 Mm, tres de 10 Mm y uno de 12 Mm) se colocan instrumentos de visión y trabajo y se introduce la banda gástrica en el interior del abdomen. Una vez dentro del abdomen, la banda gástrica se sitúa alrededor del estómago, en su parte más alta, consiguiendo sin necesidad de seccionar ni grapar tejidos. Un estómago de pequeño tamaño (capacidad inferior a 50 CC), que tiene la función de limitar la cantidad de alimento que puede ingerir el paciente y darle sensación de plenitud y satisfacción al poco de iniciar la ingesta.

A través del diámetro interno de la banda gástrica, el alimento pasa progresivamente al resto del estómago, donde los alimentos se digieren con total normalidad. Posteriormente, los nutrientes continúan su normal camino por el resto del tubo digestivo.

Una vez colocada en su sitio y fijada para evitar su desplazamiento, la banda gástrica se conecta a un reservorio que se sitúa debajo de la piel del paciente. Se trata de un dispositivo que NO es visible desde fuera y que NO produce molestias, ni siquiera tras la pérdida de peso. Este dispositivo permite ajustar el diámetro interno de la banda gástrica según la necesidad de cada paciente. Como decíamos al inicio, la banda gástrica ajustable contiene una cámara en su interior, que es hinchable, y que hace que su diámetro interno pueda variarse añadiendo o quitando suero desde el dispositivo subcutáneo.

Este cambio en el diámetro interno de la banda gástrica permite disminuir o aumentar el calibre del orificio dentro de la anilla y, por tanto, del paso o flujo del alimento hacia el estómago.

El hinchado de la banda se realiza sin ingreso, sin anestesia y sin molestias. A mayor hinchado, mayor sensación de saciedad y satisfacción del paciente con menor cantidad de comida. Así, se puede adaptar el tratamiento a cada caso, dependiendo de la respuesta individual a la dieta y la pérdida de peso que presente. Habitualmente el paciente requiere de 2 a 5 hinchados de banda, a lo largo de todo el tratamiento.

La banda está diseñada para permanecer en su lugar de por vida. De todas formas se trata de un método reversible y puede ser retirada si el paciente así lo desea con una técnica quirúrgica análoga a la colocación.

¿En qué casos de obesidad está indicado usar la banda gástrica ajustable?

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Los mayores que siguen dieta de estilo mediterráneo tiene un deterioro cognitivo menor

El pasado 22 de diciembre se publicó en la American Journal of Clinical Nutrition un nuevo artículo de los investigadores del la Rush University de Chicago. Como sabéis, nuestro equipo está involucrado en algunos estudios sobre envejecimiento y dieta, por lo que este estudio nos ha parecido importante y os comunicamos los resultados que estos prestigiosos investigadores han obtenido.

Partiendo de la idea de que muchos de los alimentos abundantes en la dieta mediterránea tradicional, tales como verduras y pescado, se han asociado con un deterioro cognitivo más lento, los investigadores del Rush Institute for Healthy Aging se plantearon evaluar como influye el seguir un patrón de dieta mediterránea en el patrón cognitivo de las personas mayores.

Estudios anteriores han asociado el consumo de vino en cantidad moderada, el consumo habitual de frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva, pescado y el uso en la dieta de muy poca carne roja, como una ayuda para prevenir varias enfermedades, incluyendo enfermedades del corazón, cáncer y diabetes.

Para determinar si el envejecimiento más lento del cerebro podría añadirse a la lista de los beneficios potenciales para la salud de la dieta mediterránea, se estudió una población de casi 4.000 personas (2280 de raza negra y 1510 de raza blanca) mayores de 64 años del Medio Oeste Norteamericano.

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La obesidad identificada como un factor de riesgo independiente para la mortalidad en accidentes de tráfico.

Estamos asistiendo a un nuevo repunte de la mortalidad en accidente de tráfico. Las cifras oficiales de mortalidad en carretera en estas últimas fechas navideñas no han sido nada halagüeñas.

Un reciente estudio de la Escuela de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo nos da nuevas razones para luchar contra el sobrepeso.

El estudio ha sido recientemente publicado en la American Journal of Emergency Medicine. Para realizarlos, los investigadores analizaron los datos de los registros nacionales norteamericanos de accidentes (Fatality Analysis Reporting System). Así, se revisaron casi 156 mil conductores de vehículos de motor que se vieron involucrados en graves accidentes de tráfico ocurridos entre 2000 y 2005. Los investigadores incluyeron todas las muertes que ocurrieron dentro de los 30 días inmediatos tras un accidente.

Según la investigación, un conductor moderadamente obeso tiene 21 por ciento más de probabilidades de morir en un accidente de vehículo de motor grave en comparación a los conductores no obesos. Si la obesidad es severa, el riesgo de muerte se eleva en un 56 por ciento .

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